Hotel NH Cancún Aeropuerto

El Hotel NH Cancún Aeropuerto, a unos tres kilómetros del Mar Caribe, está muy cerca de la terminal aérea y a unos metros de la autopista Cancún-Tulum, en Quintana Roo, México.

El hotel pretende, manteniendo los ambientes y las prestaciones características de la marca NH, ofrecer adicionalmente al huésped la percepción de estar en un lugar determinado, con carácter e identidad propios; por esta razón evoca a un tipo de roca caliza característica de la región, frecuente en la playa y sus cercanías, localizado en una planicie emergida de la mar conocida hoy como Península de Yucatán.

Como otras rocas marinas, alberga en su interior y en torno a él una gran vitalidad que se insinúa detrás de sus vanos y macizos aleatoriamente dispuestos que surgen desde el desplante arenoso y alternan con agua, vegetación y otros materiales.

El patrón de arriates cilíndricos que articula el edificio con su entorno urbano se transforma en una celosía de concreto que aumenta de dimensión y escala al alcanzar los niveles de las habitaciones en donde las ventanas hacia el sur se remeten y reducen para dosificar la incidencia del sol tropical, mientras que hacia el norte se presentan francas, mirando sin ambages al horizonte. Las caras orienten y poniente, siendo las más asoleadas, son reservadas para los remates visuales de las circulaciones, protegidos éstos por un juego de cartelas que sobresalen al exterior.

Un alero vigoroso, definiendo el motor lobby, sale al encuentro del visitante para también marcar el acceso al vestíbulo principal, constituido por un gran vacío de 7 niveles de altura que es inundado por luz natural atenuada por una serie de parteluces horizontales.

Los ambientes interiores, como en las entrañas de las rocas kársticas yucatecas, fluyen en un juego cambiante de dimensiones, escalas y luminosidad que mantienen a los huéspedes en descubrimientos constantes de espacios y experiencias interiores y contactos paisajísticos con el exterior.

Los motivos marinos son tema recurrente en el interior del hotel manifestándose como celosía, falsos plafones o fotografías en gran formato que reciben a los huéspedes al abandonar los elevadores en los pisos de las habitaciones.